Cómo traducir tus documentos académicos para homologación
agosto 29, 2025

Cómo traducir tus documentos académicos para homologación

Qué son los estatutos sociales y por qué deben traducirse

Nadie monta una empresa pensando en traducir sus estatutos. Pero si un día decides cruzar fronteras —ya sea para abrir una sede, hacer negocios en otro país o simplemente presentarte a una licitación— te los van a pedir. Y no en español. Y no de cualquier forma.

Los estatutos sociales, por si hay dudas, son ese documento que define cómo está estructurada tu empresa: quién la dirige, cómo se toman decisiones, cómo se reparten beneficios… En resumen: son las reglas del juego.

Y claro, si quieres jugar en otro país, primero tienen que entender tus reglas. Y entenderlas de verdad. No con una traducción literal de Google, ni con un amigo que “controla inglés”. Lo que necesitas es una traducción jurada, con su sello, su firma y su validez legal. Porque sin eso, lo que presentes no sirve de mucho, aunque esté perfectamente traducido.

Cuándo necesitas una traducción jurada de estatutos sociales

La pregunta no es tanto si la necesitas, sino cuándo. Porque en más casos de los que parece, la respuesta es sí.

Trámites habituales que la requieren en el extranjero

Cada país tiene sus manías, eso ya lo sabemos. Pero hay patrones. Y hay situaciones que, sin duda, implican llevar los estatutos traducidos y jurados bajo el brazo:

  • Montar una sucursal o sociedad participada en otro país.
  • Inscribirte en registros comerciales o fiscales fuera de España.
  • Firmar contratos con entidades públicas o grandes corporaciones.
  • Justificar la estructura societaria en operaciones de inversión o fusiones.
  • O incluso algo tan aparentemente sencillo como abrir una cuenta bancaria corporativa.

Casos en los que una simple traducción no es suficiente

Aquí es donde mucha gente se confunde. Hay quien piensa que con una traducción “bien hecha” es suficiente. Y no. No lo es.

La traducción tiene que ser jurada. ¿Qué significa eso? Que la ha hecho un traductor acreditado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, que la firma, la sella y se responsabiliza legalmente de su contenido. Así de claro. Cualquier otra cosa, por bonita que suene, no vale.

Y cuidado: no todos los países aceptan traducciones juradas españolas sin más. Algunos piden una validación adicional. Por eso, mejor preguntar antes que improvisar.

Cómo se realiza la traducción jurada de estatutos: paso a paso

Aunque parezca lioso, no lo es tanto si sabes por dónde empezar. Te lo cuento sin florituras:

  1. Localiza tus estatutos actualizados. Si has hecho cambios últimamente, asegúrate de tener la última versión con todos los acuerdos incluidos. No vale una copia antigua.
  2. Apostilla si hace falta. Algunos países lo exigen, otros no. Si el país está en el Convenio de La Haya, probablemente necesitarás apostilla.
  3. Busca un traductor jurado del idioma que necesites. O una agencia de traducción que se encargue del proceso completo. Pero no cualquiera. Tiene que ser alguien reconocido oficialmente en España.
  4. Manda el documento. En papel o en digital, depende del traductor. Pero ojo: todo debe estar claro, legible y sin recortes.
  5. Recibe tu traducción jurada. Puede venir firmada en papel con sello azul o en formato electrónico con firma digital.

Errores comunes al traducir estatutos y cómo evitarlos

Este tema, si te soy sincero, da para anécdotas. He visto empresas perder contratos por detalles que parecían inofensivos. Te dejo aquí algunos de los errores más frecuentes:

  • Traducir una versión antigua del documento sin saberlo.
  • Empezar la traducción antes de tener la apostilla. Luego hay que repetirla.
  • Confiar en traducciones no juradas, creyendo que “ya colará”.
  • Enviar documentos mal escaneados, incompletos o con tachones.
  • No revisar los requisitos del país destino. A veces exigen legalizaciones adicionales, aunque ya tengas todo traducido.

Evitar estos errores no es tan complicado. Pero hace falta prestar atención, y no dejarlo todo para el último minuto.

Consejos clave para agilizar trámites internacionales con documentos societarios

Nadie dijo que internacionalizar una empresa fuera fácil. Pero tampoco tiene por qué ser una pesadilla. Aquí van algunas ideas prácticas que pueden marcar la diferencia:

  • Ten siempre una carpeta digital con tus estatutos, poderes, inscripciones y demás documentos societarios bien ordenados y listos para usar.
  • Si vas a operar en varios países, plantéate tener traducciones juradas en más de un idioma (inglés y francés, por ejemplo, suelen ser apuestas seguras).
  • Trabaja con profesionales. Gente que entienda no solo de traducción, sino también de derecho mercantil.
  • Pregunta antes. A la embajada, al registro local, al banco. Lo que sea. Pero pregunta qué exigen exactamente. Te ahorrarás vueltas.
  • Y por último: hazlo con tiempo. Porque si lo dejas para el final, lo más probable es que acabes pagando más por urgencia… y con menos margen para corregir si algo falla.

Traducir los estatutos sociales no es un trámite cualquiera. Es una de esas cosas que pueden pasar desapercibidas hasta que se convierten en un cuello de botella. Pero con la información adecuada —y un poco de previsión— se convierte en un paso más. Importante, sí, pero perfectamente manejable.

¿Vas a cruzar fronteras con tu empresa? Que tus estatutos también estén listos para el viaje.